miércoles, 18 de abril de 2012

No habrá una tercera que me venza

No hay nada más loco que realizar la misma acción y esperar un resultado diferente. Esto me queda claro cada vez que hago croquetas y olvido que la receta que tengo apuntada tiene alguna fuga y la bechamel es tan líquida que no se puede hacer bolitas con ella. Ni bolitas ni nada medio útil.

Esperar algo diferente de la dietista del seguro a la que me derivó el especialista en nutrición al que fui la semana pasada no era muy inteligente por mi parte pero una, que para ciertas cosas es así de pánfila, tenía expectativas al respecto. Allí que me fui con lo que había comido durante toda una semana apuntadito en una lista sin obviar ni una miga de pan ni un financier de chocolate ingerido,todo sea dicho, sin control ante la idea de encontrarme con la jefa del Comando Espelta blandiendo las tablas de los diez mandamientos de la comida sana y una serie de prohibiciones que harían de mi salud un roble centenario.

Nada de eso. Que como fenomenal. Que ni me quita ni me pone nada. Vamos, la Eva Nasarre de la alimentación que me sentía yo al salir de ahí. Un poco estafada también me sentí, no nos vamos a engañar, para mí que fue la consulta más rápida de toda mi vida, pero cuando a una le dicen que hace algo bien no se molesta en plantearse si la palabra mantequilla se leía bien o no.

Eso sí, cuando he descubierto el blog The Smart Spoon esta mañana he entendido que sí hay gente que ofrece lo que yo estoy buscando. No necesito adelgazar ni hacer dieta (Dios ha sido benevolente conmigo en ese sentido y agradecida estoy) pero sí comer mejor, más saludable, aprender a elegir productos que me ofrezcan más energía y que dejen menos deshechos en mi cuerpo.

Todo esto escrito mientras devoro barritas Kinder Sorpresa como si no hubiera un mañana no deja de tener su guiño de ironía pero una se reserva el derecho a ser inconsistente a merced y diré en mi descargo que el mercado de los rábanos frescos a estas horas en la oficina está de capa caída.

1 comentario:

  1. Patricia, gracias por compartir The Smart Spoon. Sigo pensando que el chocolate es imprescindible, que buen compañero es.

    un abrazo

    Beatriz P.

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